martes, 27 de octubre de 2009

El nuevo Pacto de Chicoral...

A propósito de las novísimas propuestas del Centro de Pensamiento Primero Colombia, que sigue las orientaciones del actual Gobierno, quien plantea una nueva organización agraria que supere la lucha de clases. ¿Y de qué manera? Volviendo a los tiempos de principios del siglo XX, los mismos del General Reyes (en el mundo occidental bien valdría ubicarnos en los tiempos anteriores a la Revolución Francesa), con el sistema de la aparcería, es decir, la tierra no para el que la trabaja sino para el dueño, quien le deja al campesino-labriego trabajar una parcela, la mejora en el lenguaje del campo. Según la maravillosa propuesta la ley protegería al dueño para que en el momento en que este decida terminar el acuerdo lo suspende, así sin más. Para esta maravilla del siglo XXI, el gran pensador de la propuesta don José Obdulio Gaviria se ha reunido con 60 líderes agrarios de 10 departamentos para constituir la Federación Nuevo Liderazgo Campesino. Si se logra concretar, qué diríamos, que nos retrasaríamos más de un siglo. (Léase El Espectador del domingo 24 de octubre)

No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, para que sirva de consuelo por ahora; pero si esto sigue así, que tal este país, con Premio Nóbel de las letras, tanto científico destacado en el primer mundo, cuántos artistas en el primer plano mundial...

Este país tan inmensamente rico en su naturaleza, en su biodiversidad, en su cultura, por esta clase política tan torpe, por esta quien dirige hoy su destino tengamos que estar previendo lo peor ante el despeñadero al que nos lleva. Cuando digo torpeza la planteo desde un principio humano de crecer con el otro, no el de la mezquindad del todo para uno; premodernidad, atraso mental, torpeza nuevamente. Si al vecino le va bien a su vecindario también. Póngale religión, el color que quiera, es el sentido común, hoy, aquí, el menos común de los sentidos desde la lectura de las encuestas que nos presentan los medios de este país.

¡!¡Qué país tan extraño este, el nuestro!¡!

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